Si no esperas nada de la vida, no
participas en ella desde el corazón. Si participas en la vida desde la
mente, entonces la vida se vuelve sufrimiento. Si lo haces desde el corazón, la vida
se convierte en gozo.
Lee cada día tus propósitos,
repásalos, deja que te inspiren. Si quieres ser millonario, escribe tu propósito,
léelo cada día. Entonces tus pensamientos y acciones cambiarán.